Organización Nacional Indígena de Colombia
Unidad, Territorio, Cultura y Autonomía
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25 de Noviembre: “Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres”



 

Bogotá D.C. 25 de noviembre de 2015.

 

Porque la paz en nuestros territorios sólo será posible si erradicamos las violencias contra las mujeres. NO MÁS FEMINICIDIOS!!!

 

En el marco de la Minga Indígena por la Defensa de la Vida, la Protesta Social y la Jurisdicción Especial Indígena, este 25 de noviembre, Día Internacional de la No Violencia contra la Mujer, les recordamos a toda nuestra gente, que la vida en nuestros territorios está seriamente amenaza por la violencia sistemática y cruel de la que somos víctimas.  Violencias que tienen que ver con un conflicto armado y social que han hecho de nuestros cuerpos “un botín de guerra”, y que han incrementado las violencias contra las mujeres en nuestras comunidades y familias.

Hoy hemos decidido marchar con nuestros compañeros, padres, hijos y hermanos, como históricamente lo hemos hecho, y decidimos sumar a la demanda de poner fin a las violencias contras mujeres, la protesta por las amenazas a nuestra autonomía, a la jurisdicción especial indígena, a la libre movilización y a la protesta social; demandas que son nuestras, de nuestros pueblos y por ello hoy con alegría caminamos en la Minga con la certeza de que nuestros compañeros hacen suyos nuestro LLAMADO de NO más violencia contra las mujeres y acogen nuestra exigencia de PONER FIN INMEDIATO A LOS FEMINICIDIOS!!! No más feminicidios en nuestros territorios.

Conmemoramos el 25 de noviembre porque:

  • Suceden múltiples violencias contras las mujeres, y la violencia contra la mujer es una violación a los derechos humanos y a nuestra madre tierra.
  • La violencia contra la mujer es consecuencia de la discriminación que se vive en cada familia, comunidad y pueblo en nuestros territorios.
  • Discriminaciones que se dan en lo cotidiano, en lo social, en lo político y ante la ley y que perpetúan las desigualdades, en nuestro caso, por el sólo hecho de ser mujeres e indígenas.
  • La violencia afecta a nuestro pleno y armónico desarrollo, limita el acceso a la educación, a la política, a los procesos de construcción de paz, a la salud sexual y reproductiva, al mejoramiento de las condiciones económicas y aumenta las condiciones de inseguridad, exponiéndonos a una vida de zozobra y miedo permanente. A nivel muy personal nos afecta física, espiritual, psicológica y emocionalmente,  nos desequilibra, nos enferma.

La violencia contra las mujeres y las niñas se puede evitar, se puede prevenir; es cuestión de decisiones y voluntades que se sumen y se comprometan en la PREVENCIÓN Y ERRADICACIÓN DE LA VIOLENCIA EN NUESTROS TERRITORIOS; para esto necesitamos que todos nuestros compañeros, líderes y autoridades reconozcan y se comprometan con nosotras a garantizar territorios libres de violencias y en paz con las mujeres y todos los seres que los habitan.

La violencia contra las mujeres es grave en nuestros territorios, persisten prácticas que nos violentan en el marco del conflicto armado, a pesar de los avances de los diálogos hacia la firma de los acuerdos paz en la Habana. Pero, lograr una visión clara y concreta sobre lo que nos sucede y es ya un problema, como lo afirma la CEPAL[1] en su informe del 2013: “es crónica la falta de información acerca de la violencia contra las mujeres indígenas…”

Contamos con  algunas informaciones que queremos hacer visible:

  • Para el año 2012, el Instituto Nacional de Medicina legal y Ciencias Forenses reportó un total de 99 mujeres víctimas de violencia sexual pertenecientes a un grupo étnico, de las cuales 25 eran víctimas a la vez de desplazamiento forzado[2].
  • En un 4,5 % de los casos de violencia, el presunto agresor está asociado a “bandas criminales”, se trata de un miembro de grupos guerrillero o es desconocido. Se resalta que en el 27% de los casos no hay información sobre el agresor[3].
  • Un aproximado del 25% de las mujeres indígenas víctimas de violencia sexual son víctimas a la vez de desplazamiento forzado.
  • En los asesinatos de mujeres indígenas reportados entre los años 2013 y 2014 en los que se investiga a agentes del Estado, están involucrados miembros del Ejército Nacional.
  • Cifras oficiales de medicina legal a nivel nacional muestran que en la mayoría de las denuncias de violencia sexual en el conflicto armado realizadas entre 2013 y 2014, en las que se tienen datos del agresor, hay investigados miembros de la Fuerza Pública en un 86% y de grupos paramilitares en el 14%.
  • A 2014, las mujeres indígenas declararon 20.184 hechos de violencia en el marco del conflicto armado a nivel nacional, de los cuales 8.032 no fueron reconocidos ni incluidos en el Registro Único de Víctimas.
  • Las mujeres indígenas no escapan a la tendencia que Naciones Unidas denuncia, cuando afirma que “el 35 por ciento de las mujeres y las niñas sufren alguna forma de violencia física o sexual a lo largo de sus vidas[4] y en algunos pueblos asciende hasta un promedio de70 por ciento. Tenemos indicios que este último estimado es para el caso de las mujeres indígenas, lo que significa que casi 2 de cada 3 mujeres han sido víctimas de violencias físicas, sexuales, sicológicas, económicas y espirituales.

Queremos visibilizar aquí, de manera particular, lo que nos está pasando a las mujeres indígenas del Norte del Cauca, aquí cobran relevancia la voz de las propias mujeres que dan cuenta de:

  • En medio de los diálogos de La Habana, en nuestros territorios se han incrementado los bombardeos y enfrentamientos contra la guerrilla por parte de la fuerza pública, que provocan el desplazamiento y confinamiento y continua el reclutamiento forzado de las y los jóvenes. Desplazamiento que como se ha dicho y lo ha ratificado la Corte Constitucional, afecta de manera desproporcionada a las mujeres y las confina a una vida de temor y angustia por lo que les pueda pasar a nuestras familias y por lo que se le está haciendo a nuestro territorio.
  • En el primer semestre del 2015 se incrementaron las amenazas a lideresas y mujeres autoridades de varios cabildos: en el sistema de información del Observatorio de los Derechos de las Mujeres Indígenas de la Cxhab Wala Kiwe se registraron 15 casos de mujeres lideresas amenazadas, por grupos guerrilleros, fuerza pública, paramilitares y empresas mineras.
  • El enamoramiento como estrategia de guerra persiste; agentes del ejército, a pesar de los llamados de atención para prohibir los relacionamientos, siguen enamorando a las niñas y jóvenes en el territorio, en ocasiones las embarazan y las obligan a practicarse abortos o las abandonan pidiendo traslado. Como consecuencia se aumentan las hijas e hijos de la guerra que crecen sin sus padres y las madres se ven obligadas a asumir todas las responsabilidades
  • Llama la atención el aumento de los casos de violencia relacionados con hombres vinculados al narcotráfico: inducción a la prostitución, acoso y violación sexual, abortos forzados, violencia intrafamiliar, explotación de las niñas y jóvenes para el tráfico de drogas, abandono de hogares, inasistencia alimentaria y uniones forzadas.
  • Nuestros territorios están, en muchos lugares, minados y afectados por el armamento abandonado, siendo las principales víctimas las niñas y niños.
  • Todos los actores armados aprovechan que a menudo las mujeres nos encontramos solas en las casas al cuidado de las hijas e hijos, y nos agreden verbal, física y sexualmente. Esto es parte de estrategias para deslegitimar y estigmatizar nuestro movimiento indígena, como ocurrió a comienzos de noviembre en uno de nuestros territorios en un recorrido realizado por el ejército. En esta ocasión, varias mujeres fueron víctimas de tortura, agresión verbal, abuso de poder y detención arbitraria al ser estigmatizadas como colaboradas de la guerrilla.
  • Como consecuencia del conflicto armado, nuestros compañeros están perdiendo la vida, lo cual conlleva que nosotras las mujeres quedemos a cargo del hogar y en ocasiones tengamos que abandonar nuestro territorio.
  • Sigue siendo preocupante el alto nivel de violencia sexual en nuestro territorio cometida por los grupos armados ilegales, legales, milicianos y hombres vinculados al narcotráfico y la minería.
  • Con horror traemos a la memoria asesinatos de mujeres que queremos recordar y traer a la memoria: Rosa Elena Toconás, Aleida Campo, María Zuleima Coicué, Dionila Vitonás, María del Pilar Ul Secué  y Noemí Corpus, para nombrar solo algunas, quienes fueron víctimas por la estigmatización al movimiento indígena y por la disputa del control territorial entre los diferentes actores armados. Rechazamos estos crímenes, así como repudiamos TODOS los asesinatos de nuestras hermanas ocurrido en toda Colombia.
  • Nos duele el territorio, las muertes de nuestros compañeros y compañeras, la judicialización de nuestros líderes como Feliciano Valencia y nuestros kiwe tegnas (guardias indígenas) detenidos en el marco de la liberación de la madre tierra, la persecución política de lideresas y autoridades, la criminalización de la protesta social y todos los horrores de la guerra.
  • También nos duele y nos afecta todas las agresiones al territorio y a los sitios sagrados a través de la extracción de recursos naturales, campos minados, contaminación y destrucción del medio ambiente, desforestación, construcción de hidroeléctricas y vías de acceso fácil a los territorios, la militarización y la concentración de tierra por los terratenientes.

Por ello exigimos al Estado Colombiano:

  • Ser tenidas en cuenta, con nuestras propuestas, en el proceso de post acuerdos y en la mesa de diálogo de paz en la Habana, porque somos nosotras quienes hemos sufrido directamente la guerra.
  • Las mujeres víctimas del conflicto armado deben ser prioritarias en la reparación y restitución de tierra por parte del Estado
  • Crear una mesa interinstitucional de organizaciones indígenas, sociales y populares e instituciones del Estado para analizar la situación de las mujeres indígenas y establecer políticas públicas para su protección y reparación.
  • Siendo víctimas de agresiones verbales y físicas y amenazas con contenido sexual discriminatorio de agentes del ESMAD, exigimos su desmonte
  • El fortalecimiento de los mecanismos de coordinación entre la justicia indígena y la justicia ordinaria que garantice el acceso a la justicia para las mujeres indígenas.
  • La salida inmediata de todas las multinacionales de nuestros territorios y la prohibición de la explotación de nuestros recursos naturales.
  • la desmilitarización de nuestros territorios y el cese inmediato de todas las hostilidades bélicas.
  • La garantía al pleno ejercicio de la organización política y la movilización social.
  • El respeto pleno a la autonomía y jurisdicción especial indígena de nuestros pueblos.
  • La garantía y creación de condiciones para avanzar en la construcción de la paz territorial.
  • El reconocimiento y fortalecimiento de la Jurisdicción Especial Indígena para una mayor seguridad en los territorios.
  • A los grupos armados que invaden nuestros territorios, guerrillas y paramilitares les exigimos la salida inmediata, el pleno respeto a nuestra autonomía, a la vida e integridad de cada uno de las mujeres y hombres que habitamos los territorios indígenas.

Con el corazón adolorido LAS MUJERES INDIGENAS DE COLOMBIA Y CON TODAS LAS MUJERES DEL MUNDO, invitamos a todos nuestros hermanos indígenas y a todos los hermanos colombianos A UNIRSE A LA CAMPAÑA pinta el mundo de NARANJA, pon fin a la violencia contra las mujeres, jóvenes y niñas… para que todas nosotras, nuestras hijas, vecinas y hermanas, TODAS vivamos en un mundo en donde lo único que nos atropella es la alegría de vivir una vida sin violencias!

 

 

PORQUE QUEREMOS UNA COLOMBIA EN PAZ, PORQUE QUEREMOS TERRITORIOS INDÍGENAS EN ARMONÍA, EQUILIBRIO Y SIN VIOLENCIA. PORQUE NOS DUELE LA VIDA DE LAS MUJERES CLAMAMOS, POR NO MAS FEMINICIDIOS Y NO MAS VIOLENCIAS CONTRA LAS MUJERES EN NUESTOROS TERRITORIOS

LA VIOLENCIA A LAS MUJERES ES TAMBIÉN MALTRATO A NUESTRO TERRITORIO, PORQUE EL TERRITORIO ES LA MADRE TIERRA. LO QUE SE HACE AL TERRITORIO, LO SENTIMOS LAS MUJERES, LO QUE SE NOS HACE A LAS MUJERES, LO SIENTE NUESTRO TERRITORIO.

LA PAZ TERRITORIAL ES TAMBIÉN NO VIOLENCIA CONTRA LAS MUJERES

POR TODOS LOS FEMINICIDIOS OCURRIDOS EN COLOMBIA

PRESENTE PRESENTE PRESENTE



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